Todos los días nos sorprendemos con algo nuevo en lo que respecta a la robótica, que con el abaratamiento de algunos de los componentes principales de sus proyectos, están cursando un periodo de prolífica producción. En este caso nos hemos topado, en el marco de la ICRA 2011, con un dueto bastante estudiado: Un robot que juega al billar. La cuestión es cómo lo hace y los buenos resultados que ha obtenido en pruebas que lo dejan casi al nivel de un jugador de billar profesional. Otra cosa en los que los robots te llevan ventaja.
En una de esas paradojas que la tecnología nos provee periódicamente nos hemos encontrado con una verdad que a muchos de los más estáticos y sedentarios les duele en el corazón: Los robots no sólo pueden calcular, son inmortales y podrían gobernarnos en un futuro, sino que hasta son mejores en algunos deportes. Las olimpiadas para robots lo han demostrado bastante en todas las veces que hemos cubierto la historia de sus deportistas más salientes. Pero cuando la robótica se desembarra un poco al salir de la y pone énfasis en mezclar deporte y matemática, aparecen cosas como lo que presentaron en la última conferencia del ICRA (International Conference on Robotics an Automation) en Shangai, China: Robot que juega al billar.
El vídeo presenta algo que para muchos puede parecer una combinación perfecta: un robot y una mesa de billar, pues las posibilidades de cálculos, siempre y cuando tengan el dispositivo integrado, pueden ser muy precisas. Además, las propiedades de índole física y motora que tiene el robot en lo que hace a la actividad misma son las que humanamente, aunque en mayores proporciones y con la naturalidad que nos caracteriza, ponemos en juego. Es decir, la capacidad de observar el campo de juego y determinar las distancias entre las diferentes bolas y los golpes que habría que realizar para acortarlas, y por supuesto los medios para realizarlo: dos brazos. En el caso del robot, estos están preparados para los movimientos más finos que todo jugador de billar sabe necesarios, y además poseen 7 grados de libertad por cada miembro, dándole un gran número de posibilidades de movimiento sobre la mesa.
Habrá que ver qué tal se desempeña en las clásicas peleas en los billares del cine de acción de los 80-90.
Pero no el asunto no es meramente que el robot tenga la capacidad para reventar bolas entre sí con un palo en un entorno cerrado, sino que el monstruo metálico también tiene habilidad. Algo de lo que muchos humanos carecemos en lo que hace al billar y en tantos otros deportes. La justificación de este halago no son más que los resultados que ha obtenido en más de 400 pruebas, donde luego de medir distancias, calcular fuerza y velocidad, el robot ha metido más del 80% de los tiros. Un grado de éxito que apenas se sobrepasa en los torneos profesionales o semi profesionales. Lo más difícil de todo, según expone el paper con el que se presentó este robot que juega al billar, fue encontrar una manera inteligente y dinámica de mover sus extremidades con precisión, pero que al final se resolvió bastante bien según lo que se puede ver en el vídeo.
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2 Comentarios
No es correcto en una de las ultimas bolas alcolocar la mano de apoyo toca una bola cometiendo una falta, le queda mucho por aprender de la inteligencia humana
ResponderBorrarSi, eso es cierto, pero el robot tiene buena precisión
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